CONQUISTA Y COLONIZACIÓN DE COLOMBIA
Gonzalo Jiménez de Quesada (1536-40):
Es el verdadero conquistador de Colombia, enviado por el gobernador de Santa Marta, Lugo. El conquistador remontó el río Magdalena (orilla derecha) y realizó una difícil travesía, con sólo 200 hombres y 60 caballos. Al llegar a Chipatá, después de cruzar las serranías del Atún, habían muerto ya muchos; emprendieron luego los exploradores su itinerario por Chunila, Chimiquica, Clureguana y Tamalameque, y cruzaron los ríos César, Lebrija y Sogamoso. Llevaban bergantines para aprovechar la parte navegable de los ríos y no ahorraron trabajos y esfuerzos en aquella tierra desconocida. Al llegar a la hoya de Saravita torció Quesada su rumbo hacia al sur, bordeó el lago de Fúquene, pasó por Gachetá y Lenguazaque y, después de explorar otros muchos puntos, llegó a Bocatá (nombre del que se derivó Bogotá), capital del antiguo estado indígena donde residía el gran cacique. Los españoles quedaron asombrados ante el aspecto de las casas de la capital, cuyas puertas estaban guarnecidas de oro. La llanura de Bocatá se llamó entonces «valle de los Alcázares», Abundaban también las piedras preciosas. El territorio fue designado con el nombre de Nuevo Reino de Granada, patria del conquistador. A la capital se le dio el nombre de Santa Fe, granadino también, que lo tomaba del campamento mandado construir por Isabel la Católica en la Reconquista. Los indígenas ofrecieron escasa resistencia, pues estaban espantados del aspecto desconocido de los recién llegados, de sus caballos, sus barbas y las detonaciones de sus armas de fuego, tres cosas que no habían visto jamás. Al aproximarse los españoles, el zipa (soberano) envió 600 hombres para cortarles el paso, pero los españoles los derrotaron y persiguieron hasta Cajicá, donde estaba el zipa, y prosiguieron después hasta Chía, donde se hallaba el príncipe heredero, que huyó. Los españoles pasaron allí la Semana Santa de 1537. Había en Colombia un estado indígena rival del de Bocatá, el de Tunja, gobernado por un soberano llamado zaque en la lengua del país. Ocupaba el trono a la sazón el zaque Quimuinchateca, hombre de carácter tiránico, que poseía sentido político, pero había matado al padre de uno de sus gobernadores. Este indicó a los españoles el modo de llegar a la corte del zaque, para vengarse de él, cuando estaban explorando la región de Baganique. Quesada emprendió la marcha con poco más de 50 hombres, mitad jinetes y mitad infantes. El zaque envió una embajada suplicándoles que se detuvieran, pues quería ocultar sus tesoros. Pero los españoles, que sabían que el zipa había escondido sus riquezas, no quisieron que el zaque hiciese lo mismo y continuaron el avance. En el río Chicamocha recibieron una segunda embajada que les ofreció mantas de rica tela y objetos de oro y pedrería. La capital del zaque (región de los muiscas) era la más rica del país y se llamaba Hunza (moderna Tunja). En ella había varios caciques, como el de Mauquetá, Tundama y el famoso de Guatavíta o el Dorado, que se bañaba en la laguna espolvoreado con oro. El zaque escondió su tesoro en una gruta, pero los españoles lo hicieron prisionero y no tardaron en descubrirla. Aunque Quesada puso en libertad al cacique, tratándolo con más generosidad que Pizarro al inca, el soberano, desposeído de su reino, murió de tristeza. Luego volvió el conquistador a la sabana para fundar Santa Fe de Bogotá (1538).
Es el verdadero conquistador de Colombia, enviado por el gobernador de Santa Marta, Lugo. El conquistador remontó el río Magdalena (orilla derecha) y realizó una difícil travesía, con sólo 200 hombres y 60 caballos. Al llegar a Chipatá, después de cruzar las serranías del Atún, habían muerto ya muchos; emprendieron luego los exploradores su itinerario por Chunila, Chimiquica, Clureguana y Tamalameque, y cruzaron los ríos César, Lebrija y Sogamoso. Llevaban bergantines para aprovechar la parte navegable de los ríos y no ahorraron trabajos y esfuerzos en aquella tierra desconocida. Al llegar a la hoya de Saravita torció Quesada su rumbo hacia al sur, bordeó el lago de Fúquene, pasó por Gachetá y Lenguazaque y, después de explorar otros muchos puntos, llegó a Bocatá (nombre del que se derivó Bogotá), capital del antiguo estado indígena donde residía el gran cacique. Los españoles quedaron asombrados ante el aspecto de las casas de la capital, cuyas puertas estaban guarnecidas de oro. La llanura de Bocatá se llamó entonces «valle de los Alcázares», Abundaban también las piedras preciosas. El territorio fue designado con el nombre de Nuevo Reino de Granada, patria del conquistador. A la capital se le dio el nombre de Santa Fe, granadino también, que lo tomaba del campamento mandado construir por Isabel la Católica en la Reconquista. Los indígenas ofrecieron escasa resistencia, pues estaban espantados del aspecto desconocido de los recién llegados, de sus caballos, sus barbas y las detonaciones de sus armas de fuego, tres cosas que no habían visto jamás. Al aproximarse los españoles, el zipa (soberano) envió 600 hombres para cortarles el paso, pero los españoles los derrotaron y persiguieron hasta Cajicá, donde estaba el zipa, y prosiguieron después hasta Chía, donde se hallaba el príncipe heredero, que huyó. Los españoles pasaron allí la Semana Santa de 1537. Había en Colombia un estado indígena rival del de Bocatá, el de Tunja, gobernado por un soberano llamado zaque en la lengua del país. Ocupaba el trono a la sazón el zaque Quimuinchateca, hombre de carácter tiránico, que poseía sentido político, pero había matado al padre de uno de sus gobernadores. Este indicó a los españoles el modo de llegar a la corte del zaque, para vengarse de él, cuando estaban explorando la región de Baganique. Quesada emprendió la marcha con poco más de 50 hombres, mitad jinetes y mitad infantes. El zaque envió una embajada suplicándoles que se detuvieran, pues quería ocultar sus tesoros. Pero los españoles, que sabían que el zipa había escondido sus riquezas, no quisieron que el zaque hiciese lo mismo y continuaron el avance. En el río Chicamocha recibieron una segunda embajada que les ofreció mantas de rica tela y objetos de oro y pedrería. La capital del zaque (región de los muiscas) era la más rica del país y se llamaba Hunza (moderna Tunja). En ella había varios caciques, como el de Mauquetá, Tundama y el famoso de Guatavíta o el Dorado, que se bañaba en la laguna espolvoreado con oro. El zaque escondió su tesoro en una gruta, pero los españoles lo hicieron prisionero y no tardaron en descubrirla. Aunque Quesada puso en libertad al cacique, tratándolo con más generosidad que Pizarro al inca, el soberano, desposeído de su reino, murió de tristeza. Luego volvió el conquistador a la sabana para fundar Santa Fe de Bogotá (1538).
En 1537 otro explorador, Francisco
César, saliendo de San Sebastián de Urabá, exploró la sierra de Abibe. Al año
siguiente repitió la exploración con
Juan de Vadillo, remontando el río Cauca, pero perdió la vida y Vadillo,
siguiendo hacia el sur, llegó hasta Cali, donde estaba un comisionado de
Belalcázar, Jorge Robledo, para fundar algunas poblaciones en el valle del
Cauca, que exploró también este último. En 1540 Andagoya se encontró a su vez
con Vadillo. En 1542 Hernán Pérez de Quesada, hermano del conquistador, salió
de Bogotá por Tunja, cruzó las montañas de Labranzagrande y llegó a Casanare,
Prosiguió la marcha hacia el sur no obstante el obstáculo de las altas montañas
y llegó a Sebundoy y Pasto para regresar después a Bogotá. En 1541 Francisco de
Orellana recorrió parte del territorio colombiano navegando por el alto
Amazonas (Marañón), cuyo descubrimiento había de hacer famoso su nombre.
Quesada hizo una segunda exploración de 1569 a 1571 y, llegando hasta San
Fernando de Atabapo, regresó a Bogotá.
A fines del s. XVI la dominación
española estaba ya sólidamente establecida en Colombia y el país quedaba
explorado. Las principales ciudades que fundaron los españoles allí, por orden
cronológico, fueron las siguientes:Santa Marta (1525), Cartagena de Indias (1533),
Cali (1536), Popayán y Bogotá (1538), Pasto y Tunja (1539), Cartago (1540),
Antioquia (1541), Tamalameque (1544), Río Negro y Riohacha (1545). Pamplona
(1549), Ibagué (1550), Barranquilla (1629), Girón (1631), Medellín (1674) y
Socorro (1681). Muchas de ellas no prosperaron y fueron destruidas por los
indígenas. El país fue dividido en provincias. Los territorios de Santa Marta,
Cartagena, Nuevo Reino de Granada y Popayán dependían de la audiencia de Santa
Fe. En 1564 el territorio fue erigido en presidencia, en 1719 en virreinato y
otra vez, en 1740, en presidencia. La audiencia de Santa Fe fue creada ya en
tiempos de Carlos I. Los fallos de la audiencia eran inapelables y
sólo en asuntos civiles podían elevarse al Consejo de Indias. En 1550 se
fundaron en Bogotá los primeros conventos de franciscanos y dominicos. La
audiencia organizó expediciones para apaciguar las sublevaciones de indígenas y
fundó poblaciones. Se distinguió en estas tareas el capitán Orzúa, que luchó
contra los indios muzos. En el norte luchó contra los indios chitarreros y
fundó la ciudad de Pamplona, en cuya montaña adyacente fue descubierta una mina
de oro nativo
en forma de pepitas, La audiencia desautorizó a Orzúa en su propósito de
emprender una exploración en busca de más oro y el
capitán, resentido, se retiró a Santa Marta. El papa Pío IV erigió el primer
arzobispado de Santa Fe, del que fue prelado fray Juan
de los Barrios; al mismo tiempo se iniciaron las obras de la Catedral. La
catedral de Cartagena comienza a construirse en 1575.
El oidor Angulo disminuyó los tributos
que pesaban sobre los indígenas, agitados por la sublevación de Lope de Aguirre en
las tierras del Marañón. La historia del «loco Aguirre» se desarrolló
principalmente en el territorio de Venezuela, pero la
audiencia de Santa Fe tomó parte en la persecución del resto de sus feroces
soldados asesinos, losmarañones, de 1562 a 1563. Felipe II, que había visto en peligro su autoridad,
decidió reformar algunas cosas de Colombia y suprimió la audiencia creando la
presidencia. Sus funcionarios, los presidentes, desempeñaban sus cargos siete
años. Después de 1584 volvió a quedar el territorio en manos de la audiencia.
En 1596 fue presidente Francisco Sande, muy riguroso, lo que le valió el apodo
deDoctor Sangre. Varias fueron las incursiones de los piratas franceses e ingleses. Cartagena había sido asaltada
en 1544 y de nuevo en 1559. En 1586 la atacó Drake con
una gran flota que logró rendirla algún tiempo. La paz entre Felipe IIy Enrique IV de Francia puso una tregua a
estas hostilidades. [...] (R.Ballester)